Este último artículo futbolero de base se centrará en
otro partido para no olvidar. De nuevo el mismo equipo contrincante, sí, aquel
que si recordáis no llegamos a acabar el partido con un penalti a nuestro favor
en el último minuto y con aquellos hechos lamentables en el post-partido.
Tengo que decir que no recuerdo
detalladamente la fecha del partido, si os digo que no fue en la misma
temporada que el encuentro de la entrada comentada anteriormente, ya es algo. Recuerdo a nuestro entrenador, lo que no sé exactamente, si fue
posterior o anterior a aquel encuentro citado.
Estadio Municipal Aceró (Imagen 15 años después
Éramos dos de los equipos más débiles de la
competición, de eso no había duda, y aunque nosotros partíamos con algo de favoritismo, recuerdo
que íbamos por delante en la tabla clasificatoria, las diferencias en el campo
no eran tantas y menos a esas edades. El partido se nos puso de cara, tirando
de memoria creo que nos pusimos 3-1. Un gol de ellos en la segunda mitad, los
acercó en el marcador. Pero un córner sacado por mí (lo recuerdo perfectamente
y no sé por qué yo sacaría el córner ya que no era el especialista, además era mini
córner, desde la línea del área grande),
fue rematado por un compañero mío al fondo de la red. Nos colocábamos
4-2. Todo hacía presagiar en la victoria.
Pero por éstas, no sé por qué estábamos
jugando al fuera de juego, me acuerdo que jugaba en la defensa y tenía la
obligación de sacar al equipo del área para que no nos colgaran balones. Ahora por lo del córner aquel, pienso que
estaría jugando de centrocampista pero después me re-colocaron en la defensa.
Pero eso es hablar de memoria. Además en nuestro equipo había un jugador, que era versátil como yo, tanto jugaba de “cinco” como de “seis”.
Ahora por esas, y no voy a borrar mitad del artículo escrito, esto me lleva a
pensar, y con lo del “mini córner” que ese partido se desarrolló en la
categoría alevín en el primer año, por lo cual, el artículo y partido comentando
anteriormente, fue a posteriori de éste,
en mi segundo año en la categoría alevín ya con nuevo entrenador. Y sí, ahora os da por no seguir leyendo el artículo..... ¿Qué pasa? Seguid, Seguid...
Pues del 4-2 se pasó al 4-4, eso sí que lo
recuerdo perfectamente, no hubo tanta bronca como el partido que acontecería en
el futuro, pero nuestro entrenador si estaba de los nervios recriminando al
árbitro sin sesar, del que recuerdo perfectamente su cara de joven de no más de
25 años. Los ánimos encendidos eran por los supuestos fueras de juego no
pitados. Yo era el máximo responsable de la ejecución de la jugada, y aunque no
sé si llevaban razón las quejas, todos los goles del equipo contrario, sí los
tres consecutivos, fueron jugadas que salíamos a dejarlos en fuera de juego. El
partido fue en nuestra casa, y cuando se dio la vuelta al marcador con 4-5 ya no
los podíamos creer. Era imposible que nos estuviera pasando aquello. Al final entre broncas pero sin llegar la
sangre al río, el partido lo perdimos y no sé al final hubo otro gol para ellos
para inclinar la balanza más a su favor en el partido para el no recuerdo, pero
que aún recuerdo válgame la redundancia, aunque sea a ráfagas.
Así el vestuario fue una oleada lloros de
algunos de mis compañeros, que estaban por comerse al árbitro del encuentro,
y el ambiente se convirtió en triste en una tarde que se avecinaba apacible y triunfal. Yo
era bastante más frío, no derramé ni una lágrima, aunque por dentro me sentía
igual, desolado. Porque era un partido para contarlo una y otra vez, porque no es normal que en menos de 15
minutos, y en fútbol once con un equipo de nuestra liga, nos metieran cuatro goles seguidos. En
aquel día para nosotros ese partido fue
peor que si hubiéramos perdido la Champions League. Y tampoco saldría en los periódicos.
Pero al fin y al cabo son anécdotas,
anécdotas que reciclo con muy buen sabor de boca, más que nada porque me ayuda
a echar la vista atrás y volver a revivir antiguos y grandes momentos a la vez, a ensalzarlos de
nuevo, a mitificarlos incluso, a añadirles hechos de más que quizás no fueran
para tanto. No hay nada de malo en ello. No estoy mintiendo por ningún lado,
estoy intentando reproducir una realidad que aconteció sí, pero que con mis
palabras tienen ese toque visceral y prácticamente mitológico. Los sueños
sueños son, pues los buenos recuerdos también lo son aunque se mitifiquen.
Así, varios años después dejé atrás mi pasado con el fútbol. Un verano de 2000 a posterior de la Eurocopa
dónde Raúl fallaba aquel penalti contra Francia, decidía no seguir
“dedicándome” en esto. Seis años
gloriosos desde 1994 hasta principios de
2000. Grandes compañeros, grandes anécdotas, grandes viajes (literal y no literalmente),
grandes ratos al fin y al cabo. No me puedo quejar de todo lo que viví. Si me
dieran la oportunidad, diría no
a volver a pasar por todo aquello, no soy de esos volver al pasado y cambiarlo, menos por los
buenos momentos, los malos ya es otra cosa,
aunque me inclino también por dejarlos y así después redimirlos en el
futuro. Yo no toco nada, así tú que me estarás leyendo (si no me fugaste por el salto en el tiempo anterior) has tenido la
oportunidad de haberme conocido un poquito más al menos forma virtual.