Varios
de los compañeros con los que jugué pudieron
con el tiempo dedicarse al fútbol. La mayoría de ellos no como profesionales,
pero si alcanzaron a llegar a tercera división. Creo recordar que ninguno de mi
equipo lo logró. Hoy muchos de ellos deambulan (en el buen sentido) por los
campos canarios, y rivales de la época hacen lo mismo, algunos con muy buena
suerte, ya que han liderado la tabla de goleadores y han probado suerte en
aventuras peninsulares.
El caso
más atrayente y de más éxito personal y profesional de mi localidad, lo
consiguió un chaval que fue compañero y rival mío en mi época moza. Ya desde
benjamines destacaba sobre los demás, por su importante físico y un manejo de
la pierna izquierda envidiable, era imparable para los demás niños. Su posición
era la seis. Aunque por la forma de jugar parecía un diez (me refiero a
posición). En alevines e infantiles
siguió destacando y con otros compañeros logró dominar el territorio futbolístico
de base de la isla. Los Llanos A, recuerdo que yo pertenecía al B, llegaron a
competir en tierras vascas en un trofeo llamado la Copa Donosti dónde llegaron a la final y vencieron (creo
que a la R.Sociedad, uno de sus equipos) en un logro sin igual para la isla.
Recuerdo que Juanma Lillo comentó esa final para la televisión donostiarra y de
paso para la de aquí.
Iray con el Sporting Mahonés (el que tiene el balón)
Ese
jugador del que les hablo se llama Iray Barreto. Ha jugado en el Espanyol B,
Cerro Reyes, Racing Portuense, Tenerife B, Sporting Mahonés y ahora en un
histórico de los 70, el Burgos.
No le he
seguido mucho, pero creo que lo han reconvertido a lateral izquierdo cuando
venía desempeñando la función de interior zurdo. No ha llegado a jugar en 2º
división y aunque el talento que atesoraba era indudable, yo creo que está
bastante contento por poder vivir medianamente de esto.
Y para
finalizar contaré algo particular mío, que es lo que se centraban estas
entradas, pero con la inclusión de Iray
Barreto en ello. Muchas veces nos enfrentamos el A y el B, y todas con victoria
para el mismo, y aunque en los años había baile de jugadores por la edad, si
recuerdo un partido que cambió la historia y la suerte de nuestro humilde
equipo. Al menos durante un periodo de tiempo. Os pongo en situación.
Estoy abajo en el centro, el que toca la mano en el césped
Nos enfrentábamos
al A, líder de la competición y equipo imbatido (era la segunda vuelta).
Durante los primeros cuarenta minutos para sorpresas de todos, mantuvimos la
portería a cero, algo inusual para nosotros y más contra tal equipazo. No nos
lo podíamos creer. Cero a cero al descanso. Recuerdo que jugamos como un equipo
a la italiana. Yo jugué en la defensa. A ellos les recuerdo que le faltaba
alguna pieza, no sé si hasta era Iray, pero eran muy buenos. Pero había que
soñar. Pero claro, todo tiene un tope. Aguantamos lo que pudimos, pero en
cuanto cayó el primero, ya nos vinieron los demás en cadena. Pero salimos
bastante contentos de ese partido. Fue sólo un 5-0. Y qué pena que los
periódicos no estuvieran allí para contar nuestra proeza.
En fin,
unos llegaron lejos y otros nos quedamos, yo seguí jugando hasta los trece,
pero lo que queda claro es que disfrutamos como enanos y ahora, mucho tiempo
después, echando una gran vista atrás,
recordamos con entusiasmo y alegría toda aquella época. Una época
futbolera que con los tiempos que se avecinan más vale recordar.
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